Vives un bucle diario, como en la película de Atrapado en el tiempo, una rutina que se repite una y otra vez, misma gente, mismo trabajo, mismos viajes, mismas situaciones, y tú sigues ahí, con esas circunstancias, te has acostumbrado a ver a todo el mundo realizando lo mismo, lo hacían tus padres, tus abuelos, ahora lo haces tú, y tus amistades, incluso en los medios de comunicación y en las películas lo hacen, hasta en las series que consumes, de hecho, se llaman «series» por algo, por la continuidad.
Tu vida es una serie de bajo presupuesto, vives según lo normalizado, tienes tu estabilidad, tus relaciones y vas haciendo cosas de tanto en tanto, pero sigues sintiendo ese sufrimiento. Esa sensación de vacío interno que no puedes quitarte de encima, si sales de marcha, te sientes vacío, contemplas a tus presuntas «amistades», cada cual va a su bola, sabes que en el fondo, no eres especial, tampoco esas personas lo son para ti, pero necesitas sentirte en compañía, eres un ser social. ¿Verdad? ¿No dicen que relacionarse es bueno? ¿No dicen que el ocio, salir, es bueno? ¿Por qué te sientes así?
Decides entonces, hacer actividades que en el pasado te producían algún tipo de sensación de bienestar, juegas a videojuegos, sales a jugar a la bolera, a practicar deportes de riesgo, parques de atracciones, comienzas a emplear esas aplicaciones tan de moda para conseguir citas con personas que sean compatibles contigo, pero al final todo se vuelve rutinario, coleccionas cosas, te vas a comprar ropa, cambias tu estilo, te adaptas a las modas, incluso te apuntas a un gimnasio a hacer ejercicio, pero ese sufrimiento interno, sigue sin desaparecer.
Nada te llena, nada de lo que hacías, hagas lo que hagas, te encuentras con esa sensación constantemente. Algo no cuadra en ti, y te duele, pero no quieres que te duela, y sufres.
Puedes disfrazarte todo lo que quieras, que tu malestar no hará otra cosa que aumentar, puede que incluso lo pagues con el mundo, como si la gente tuviera la responsabilidad de hacer que tú te sientas bien. Es algo común también, la victimización, el mundo tiene la culpa de todo. Todo te ofende y te afecta, no tienes ni idea de cómo procesar tus estados internos, porque no te detienes a profundizar en tu interior.
Ese sufrimiento es un boomerang que cuanto más lejos lo lances, con más fuerza impactará sobre ti. Y te puedo asegurar que es mejor que dejes de lanzarlo lejos, porque el golpe puede ser tremendo. Como diría Rocky: «La vida te golpea»
Einstein dijo una vez, que no podemos buscar resultados diferentes, si siempre hacemos lo mismo. En este caso, tu repites unos patrones constantemente, para huír del dolor, la no aceptación del dolor, te genera sufrimiento, ya que no permites que lo que eres realmente te encuentre.
Te da miedo ser quien eres
El rechazo a quien eres, te produce sufrimiento y no te permites ser. Porque te has acostumbrado a vivir con máscaras. Piensa que la primera vez que empiezas a ponerte máscaras es en la infancia, para agradar a tu familia, luego te pones máscaras en la escuela, para caer bien, luego en el trabajo, constantemente vas negando tu naturaleza, por el afán de encajar en cada grupo, en cada clan, y al final, terminas intoxicándote de desamor, ya que irónicamente, por reclamar la atención de los demás, estás olvidándote de lo más importante, de ti.
Y en el fondo lo sabes, pero los hábitos repetitivos acaban configurando tu mente, hasta empiezas a hablar y sentir como lo hacen tus familiares y amistades, te encierras en ideales y acabas defendiendo argumentos y posturas que quizás no tengan nada que ver contigo.
Puede que te estes vistiendo, que estes comiendo, que tengas gustos actualmente, que no tengan nada que ver con quien eres realmente. Puede que tengas una relación de pareja, unas amistades, unos hábitos, que no tengan nada que ver con quien eres realmente.
Y así, te vas llenando de sufrimiento, rabia contenida, ira, tristeza, estrés. Estados mayormente inducidos por el enfoque que le das a las circunstancias que te rodean y la gente con la que te relacionas, todo termina configurando en tu mente, una percepción de la realidad, de la vida, que puede no tener nada que ver con tu forma de sentir y percibir el mundo.
Una cárcel mental, para todo tu organismo, y que empuja a tu ser esencial a las profundidades. ¿Cómo no vas a sufrir si te estas negando ser quien eres? Imagina que una oruga en pleno proceso de transformación y catarsis para ser mariposa, decide no pasar esos procesos para que no le abandonen sus familiares y amistades orugas. Eso es básicamente lo que hace todo el mundo, huír de sus procesos, huír de su verdadera naturaleza, alimento el sufrimiento al distanciarse del cambio.
En este post te hablo sobre la alimentación emocional:
¿Y por qué sucede?
Porque estamos viviendo una vida que no nos corresponde, como te he comentado antes, adquieres unos hábitos y una forma de ver el mundo que se vincula en primer lugar con tu familia, ellos inconscientemente te están proyectando sus propios patrones, que pueden venir desde un nombre que ya se encuentre en tu familia, a tener metas profesionales similares a las de tus familiares, fechas de nacimiento que se repitan, comportamientos similares en las relaciones, enfermedades.
Piensa que el patrón del clan familiar, es la repetición, para perpetuarse, es un instinto primario que busca sobrevivir a través de los hijos, así, el clan familiar es una obra de teatro coral, donde se nos asigna un rol cuando nacemos, y normalmente, ese rol, ya lo han interpretado otros miembros antes. ¿Me explico?
Y seguiremos viviendo ese ciclo una y otra vez, hasta que tomemos responsabilidad y decidamos cambiar.
Échale un vistazo a mi post sobre el amor propio:
¿Cómo se cambia el sufrimiento?
Transformando hábitos, saliendo de entornos, cortando relaciones, dejando de alimentar una versión de ti que no te está haciendo crecer y mutando a otra cosa, así poco a poco, uno cambia, desapegarse de todo lo que nos es dañino, objetos materiales, todo lo que está impregnado de algo pasado, de una versión de nosotros antigua, alimenta programas pasados.
Es un proceso duro, no te lo voy a negar, estás cortando patrones que hace mucho tiempo que tienes, y por supuesto, el cuerpo se ha vuelto adicto a esos patrones, tu mente, tu organismo, se ha habituado a unos hábitos en concretos, a un material bioquímico segregado por ti, las sinapsis neurales están fuertemente arraigadas en esa estructura que ahora vas a tener que romper.
Te dirán que estas como una cabra, con toda probabilidad, ya que desprenderse de unas máscaras que todo el entorno en el que te has movido han asignado a tu forma de ser, comporta pagar ese precio.
Tu familia es posible que no te entienda, también es normal, si sales del rol que se te asigno y empiezas a ser quien eres, te verán como la oveja negra, pero qué maravilla ser la oveja negra, terminar con el sufrimiento de ser algo que tu familia no ha podido ser nunca.
Todo el mundo en general, tiene miedo a ser quien es, por el rechazo que pueden suscitar socialmente, por el miedo a que la propia familia no los entienda y los desprecie, si te fijas, es un temor infantil, queremos sentirnos integrados con la humanidad, con la sociedad.
Pero esta sociedad no alimenta que seamos nosotros mismos, irónicamente, luego la gente ama la originalidad y lo extravagante, en el fondo de todos los corazones humanos, radica un ser que quiere ser quien es, no hay mayor proeza ni acto de valor en una sociedad hipócrita y artificial, que ser lo que somos de forma natural.
Así empieza el proceso de transformación, de sanación, desobedeciendo. Asignándote de forma sincera cuales son los criterios que quieres para avanzar en tu vida y tomar toda la responsabilidad de desprenderte de aquello que te impide crecer.
Sal del nido, aprende a ver a tu familia como un conjunto de individuos que no tienen control sobre ti, ni tú sobre ellos, hazte respetar con amor y cariño, toma distancias y aprende a ser un lobo con piel de cordero, usa la inteligencia.
Despréndete de las amistades y las relaciones de pareja que no te hagan evolucionar, toma conciencia de los mecanismos internos que moran en tu inconsciente y te impiden ser lo que por naturaleza tienes que ser.
Observa la sociedad y sus engranajes y decide si quieres ser un ladrillo más o convertirte en alguien de valor, un ejemplo de transformación para el mundo. Puedes vivir sufriendo, soñando con realidades alternativas donde hubieras tomado otro tipo de decisiones, mientras te conformas con una mentira que no te llena lo más mínimo.
Puedes vivir una vida rutinaria, prosaica, acreativa y monótona o construír tu propio camino, tomando decisiones diferentes a la masa, actuando de forma totalmente diferente a todo lo que han hecho los miembros de tu familia de generación en generación, convirtiéndote en una verdadera revolución, porque si tu cambias, todo cambiará contigo, ya que estas rompiendo las reglas inconscientes de muchísimas personas. Con actos, demuestras que es posible, y si otros lo ven factible en ti, actuarán en consecuencia.
Este mundo necesita personas locas, naturales, que se lancen a ser lo que son sin miedo a represalias, que sean capaces de tomar riesgos y aceptar su responsabilidad, vivir en la realidad comporta eso. Sanarse, también, es un camino que tiene dificultades, pero si te decides a dar el salto, a invertir tu tiempo y energía en tu propia autotransformación, merecerá más la pena que vivir en un estado de confort que te esta envenenando cada día, una mentira que no te aporta nada, sólo te reduce a algo que no eres.
Eres un ser creador, con potencial increíble para alcanzar grandes logros, no has venido a este mundo para encajar en la sociedad, has venido a este mundo a cambiar la sociedad con aportes de valor.
Deja ya de repetir la misma historia generacional, como una focotopia de una fotocopia que cada vez va perdiendo más nitidez, vivir siendo quien eres da miedo sí, pero detrás de ese miedo se esconde la mayor de tus fuerzas, estas tú, esperando mostrar al mundo de lo que eres capaz.
Si eres fiel a ti, contarás con tu verdad, con tu pulsión natural, cuando el miedo emerja por alguna decisión, aún con miedo, la tomarás, porque serás consciente del crecimiento que te aportará esa experiencia.
A la sociedad no le interesa que evoluciones, que seas tú de forma verdadera, eso generaría cambios que no podrían predecir, por eso se nos inculcan unos valores y hábitos constantemente desde todas las formas posibles: familia, cultura, cine, educación, medios de comunicación, televisión, etc…
La sociedad, al igual que la familia, vela por su preservación, pero ya va siendo hora de que dejemos de dar poder al exterior y nos demos poder a nosotros mismos. ¿No te parece?
Desde “Hay que Avanzar” ofrezco servicios para que tomes consciencia sobre las creencias limitantes que alimentan tu sufrimiento y te incapacitan para salir adelante, creencias implantadas desde el clan familiar, la sociedad y experiencias dolorosas o impactantes que hayan generado en ti un impacto negativo.
Trabajo con mi propio método de trabajo comprobado, llamado ACTÚA:
Las personas que entran en el proceso de transformación conmigo, han experimentado un cambio de consciencia brutal en sus vidas en un corto espacio de tiempo. Puedes ver sus testimonios distribuidos por mi página.
¿Sabes por qué? Porque la terapia no es una cuestión de trabajo prolongado, sino de saber generar el impacto adecuado conociendo bien las creencias que tiene la persona ancladas en su inconsciente.
Si la persona deposita toda su intención en cambiar, proyectando su voluntad y definiendo con claridad sus objetivos, valores y criterios. La transformación empieza y es imparable, ya se han movido los resortes necesarios para que se produzca el encuentro con su naturaleza verdadera.
Consultoría
Auditoría
Mentoring
La motivación es la clave, si tienes claro quien eres, y quien no quieres ser nunca más, harás todo lo posible por convertirte en la mejor versión de ti. Y asumirás todo lo que tengas que asumir para llegar dónde quieras. Porque una vez que la mariposa levanta el vuelo, ya no quiere volver a ser oruga nunca más.
Ha llegado la hora del verdadero cambio.